D-LIVER: un proyecto de la UE diseña un sistema de asistencia domiciliaria para enfermos hepáticos
El proyecto pretende mejorar la calidad de vida de los enfermos crónicos a través de un sistema de apoyo remoto que permite supervisar su estado desde el propio domicilio.
El proyecto está integrado por 14 socios de siete países europeos. En la URV, el Grupo de Investigación de la Interfaz Físico/Biológica INTERFIBIO ha realizado el desarrollo de sensores electroquímicos para la detección de pequeñas moléculas y la albúmina, una proteína producida por el hígado. El proyecto está integrado por 14 socios de siete países europeos. En la URV, el Grupo de Investigación de la Interfaz Físico/Biológica INTERFIBIO ha realizado el desarrollo de sensores electroquímicos para la detección de pequeñas moléculas y la albúmina, una proteína producida por el hígado.
Cerca de veintinueve millones de europeos sufren enfermedades hepáticas, una de las causas de mortalidad más comunes de la Unión Europea. Sin embargo, la comunidad médica considera que se podrían evitar decenas de miles de muertes prematuras si se proporcionara la atención sanitaria adecuada una vez diagnosticada la enfermedad.
El proyecto D-LIVER se centra en ayudar a los pacientes que sufren enfermedades hepáticas en estado avanzado (muchos de ellos incluidos en listas de espera para trasplantes), ahorrándoles el esfuerzo de desplazarse de forma habitual a centros hospitalarios por pruebas y consultas médicas. Por eso, se ha desarrollado un sistema de teleasistencia basado en las TIC (tecnologías de la información y comunicación) que los pacientes podrán utilizar en sus hogares. El sistema D-LIVER les permitirá evaluar parámetros bioquímicos y físicos fundamentales para conocer su nivel de bienestar y sus necesidades al instante.
Vivir más años y mejor
Uno de los objetivos de D-LIVER consiste en devolver el control al paciente. Gracias al nuevo sistema de seguimiento y asistencia a domicilio, que está conectado a sistemas utilizados por centros hospitalarios para la gestión de enfermos hepáticos, el proyecto aspira a mejorar la calidad de vida de aquellos pacientes que se encuentran en una fase avanzada de la afección. Estos pacientes podrían o bien estar a la espera de recibir un trasplante, haber sido sometidos a una resección hepática (con el órgano restante en proceso de regeneración) o encontrarse en una fase avanzada e inestable, con propensión a episodios de deterioro.
Además, D-LIVER ha creado un dispositivo portátil que permite la vigilancia continua de parámetros fisiológicos tales como el ritmo cardíaco, la temperatura, la actividad, la postura y las variaciones de la presión sanguínea. Igualmente, dispone de la posibilidad de realizar una prueba cognitiva por medio de una mesita táctil con el fin de evaluar la concentración y la función cerebral, dado que a menudo la elevada toxicidad hepática puede provocar un estado de confusión mental (encefalopatía).
Estas pruebas pueden realizarse con la periodicidad que se requiera, diaria o semanalmente, y los resultados no sólo pueden ser consultados por el paciente al hogar, sino que también estarán a disposición de los profesionales clínicos encargados de su seguimiento desde el hospital.
Útil por otras enfermedades
Tal como señala el catedrático Calum McNeil de la Universidad de Newcastle: «La plataforma es genérica. Cuando hayamos solucionado ciertos impedimentos tecnológicos, podremos aplicarla a todo tipos de enfermedades en sus diferentes estados, por ejemplo, en la gestión de enfermedades cardiovasculares, renales, neurológicas y inflamatorias». El sistema se calcula que ahorrará miles de euros anuales por paciente en costes de hospitalización, sobre todo en aquellos que sufran encefalopatía hepática.
Actualmente se está empezando a probar en pacientes la tecnología desarrollada durante los dos primeros años del proyecto. Así mismo, entre ahora y la finalización del proyecto D-LIVER, en septiembre de 2015, se preparará un ensayo clínico multicéntrico del sistema que se llevaría a cabo el 2016 con 150 pacientes de Newcastle, Berlín y Milà.
El proyecto D-LIVER cuenta con catorce socios de siete países y con una inversión de cerca de 11 millones de euros, aportada a través del programa de TIC para la salud del 7ºPrograma Marco europeo.
En la URV participa el grupo de investigación en la Interfaz Físico/Biológica INTERFIBIO - un grupo de investigación consolidado- desde donde se han desarrollado sensores electroquímicos para la detección de moléculas pequeñas y albúmina -una proteína producida por el hígado-, así como la monitorización electroquímica de la coagulación. Los investigadores de la Universidad que han tomado parte son Ciara O'Sullivan -investigadora ICREA- y Àlex Fragoso, los dos con experiencia con proyectos europeos relacionado con el desarrollo de biosensores.