Un grupo de la URV investiga cómo revertir la diabetes mediante el estudio de células madre
El Grupo de Investigación en Diabetis y Enfermedades Metabólicas Asociadas de la URV estudia las alteraciones de las células que causan estas enfermedades, con el objetivo de encontrar tratamientos para mejorar la salud de los pacientes
Para solucionar un problema, hay que descubrir cuáles son las causas responsables del mismo. Para entender por qué determinadas células de las personas con diabetes no son capaces de consumir la glucosa correctamente, hay que identificar qué características las hacen diferentes respecto de las de las personas sanas. Este es el pilar de la investigación que desarrollan el doctor Joan Josep Vendrell (jefe de endocrinología del Hospital Joan XXIII de Tarragona y profesor del departamento de Medicina y Cirugía de la URV) y la doctora Sonia Fernández-Veledo (investigadora del programa Miguel Servet del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili y profesora del departamento de Ciencias Médicas Básicas de la URV), codirectores del Grupo de Investigación en Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas de la URV.
Uno de los principales factores de riesgo para desarrollar una enfermedad como la diabetes es la obesidad. "La presencia en exceso de tejido adiposo (es decir, de grasa), que se acumula en el abdomen, hace que la persona sea más propensa a desarrollar diabetes de tipo 2", explica la doctora Fernández-Veledo. Por eso, este grupo centra su investigación en las alteraciones que se producen en el tejido adiposo que acaban favoreciendo la aparición de obesidad, diabetes, resistencia a la insulina y enfermedades relacionadas.
¿Donde surge el problema? Según parece, este podría estar en las células madre del tejido adiposo, que son las que tienen que acabar convirtiéndose en otros tipos de células específicas de tejido (este proceso se conoce como diferenciación). Si la célula madre de un individuo obeso se convierte, es decir, se diferencia en un adipocito (célula encargada de almacenar la grasa) que funciona mal, este adipocito no es capaz de utilizar la glucosa correctamente. "Esto podría explicar por qué algunas personas obesas son más propensas a desarrollar diabetes de tipo 2", concluye el doctor Vendrell.
Cambios en los marcadores y el comportamiento de las células
Pero, ¿por qué las células madre de los individuos obesos se comportan diferente -y mal- respecto de las células madre de una persona delgada? Las células madre se definen por una serie de marcadores de superficie, que identifican su origen. "Estamos identificando algunos de estos marcadores, específicos de las células madre del tejido adiposo", explica Joan Vendrell, "y analizando cómo se comportan en diferentes condiciones de trabajo: de oxígeno normal, de oxígeno bajo (que es lo que se encuentra en el tejido adiposo)... El resultado es que detectamos cambios en algunos de estos marcadores, según si las células pertenecen a una persona sana u obesa", concluye.
El grupo también ha encontrado cambios en su comportamiento. "Las células madre de los obesos se diferencian (producen nuevas células) con más rapidez que las de las personas delgadas, pero tienen problemas para acumular grasa, es decir, para hacer su función", explica Sonia Fernández. "Esto explicaría, por ejemplo, la relación entre obesidad y diabetes: cuando los adipocitos ya no pueden acumular más grasa, esta grasa va a parar a otros tejidos del cuerpo".
Aplicaciones en medicina regenerativa
La medicina regenerativa con células madre ha utilizado tradicionalmente la médula ósea como fuente de este tipo de células. Pero se ha descubierto que el tejido adiposo es una fuente mejor de células madre, puesto que el método para extraerlas es menos invasivo y las células extraídas son más fáciles de manipular. Conocer cómo funcionan estas células, si funcionan igual en los obesos que en los delgados y si se pueden manipular para mejorar la obesidad o la diabetes, permitirá utilizarlas para curar estas y otras enfermedades.
Las células de la grasa subcutánea (aquella que hay debajo de la piel), por ejemplo, no sufren el mal funcionamiento que afecta a las células de la grasa abdominal. Esto permitiría, potencialmente, revertir la diabetes con sólo sustituir aquellas células que funcionan mal por células de la grasa subcutánea, del propio paciente, que funcionaran bien. Así, todo volvería a la normalidad: "El tejido adiposo recuperaría unas condiciones saludables y mejoraría globalmente todo el metabolismo del paciente", explica la doctora Fernández.
"Esto, en ratones, ya hay investigadores que lo han conseguido", añade Vendrell. "Pero la investigación en humanos, que es en la cual nos centramos nosotros, es mucho más compleja". Según el investigador, pasarán décadas antes de que esto llegue a aplicarse en pacientes humanos. Mientras tanto, los adelantos del grupo permiten mejorar los conocimientos sobre la enfermedad, cosa que poco a poco revierte en la mejora del tratamiento a las personas que sufren esta patología. Pero el remedio más efectivo, según los investigadores, sigue siendo "un estilo de vida saludable, ejercicio físico y una dieta equilibrada".