Universitat Rovira i Virgili

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Aperitivos de ciencia

¿No recuerdas dónde tienes las llaves? Pide un café



Indira Paz Graniel
Investigadora predoctoral del Departamento de Bioquímica y Biotecnología
indiradelsocorro.paz(ELIMINAR)@urv.cat

En las últimas décadas, el número de personas con alteraciones neurológicas por deterioro cognitivo como la enfermedad de Alzheimer y otras demencias ha aumentado en paralelo al envejecimiento poblacional, convirtiéndose en un problema de salud pública importante y urgente. A pesar de que estas patologías tienen un trasfondo multifactorial, se ha reconocido que algunos factores dietéticos tienen un potencial efecto beneficioso en la prevención y la progresión.

Este es el caso del café, una de las bebidas más consumidas en el mundo. La semilla de donde proviene esta bebida se caracteriza por el contenido en polifenoles (compuestos con propiedades antioxidantes), cafeína, vitaminas, minerales y fitoquímicos bioactivos con potenciales efectos beneficiosos sobre la salud: menos factores de riesgo cardiovascular, cáncer y mortalidad.

Los resultados de un estudio realizado por la Unidad de Nutrición Humana de la URV muestran que el consumo de café tiene un efecto beneficioso sobre el desarrollo del deterioro cognitivo. La investigación puso de manifiesto que las personas que consumían café tenían menos riesgo de presentar deterioro cognitivo en comparación con aquellas que no consumían. Además, apuntan a que esta protección se presentaba en aquellos individuos consumidores de café con cafeína, pero no en consumidores de café descafeinado. En cuanto a la cantidad de café consumido, se observó que las personas que tomaban más de dos tazas de café (100 ml) presentaban menos riesgo de disfunción cognitiva respecto a aquellos que consumían menos de una taza al día.

Participaron en esta investigación personas adultas con síndrome metabólico, por lo que los resultados deben tomarse con cautela. Sin embargo, estudios realizados en otros países y en poblaciones de adultos jóvenes han mostrado resultados similares.

La interacción entre los compuestos del café podría ser el mecanismo que explique su efecto protector potencial. La cafeína es estructuralmente similar a la adenosina, un neurotransmisor con efectos inhibidores del sistema nervioso central, lo que hace pensar que podría favorecer la neurotransmisión en diferentes regiones cerebrales y, por tanto, promover funciones como la vigilancia, la atención y el estado de ánimo. Por su parte, los polifenoles podrían ayudar a disminuir el estrés oxidativo, la neuroinflamación y atenuar la producción de un péptido llamado β-amiloide, que se considera factor de riesgo para desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Es importante recordar que ningún alimento ni bebida es milagroso, por lo que, aunque el consumo se ha asociado a efectos protectores para algunas enfermedades, es recomendable mantener un consumo moderado, para evitar caer en excesos que pueden ser perjudiciales para la salud.

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